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jueves, enero 21st, 2021

1900-1901. Viaje a la Exposición Universal de París y primeros encargos

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Cardona fijó su residencia permanente en París en 1900, el mismo año de la celebración de la Exposición Universal. Sus primeros dibujos de escenas cotidianas de la Ville Lumière se expusieron en la Sala Parés de Barcelona y ese mismo año llegaron las primeras colaboraciones en la revista parisina Le Rire y en la barcelonesa Álbum Salón.

El año en que París se consolidó como el centro de la vida cultural internacional fue cuando Cardona, al igual que muchos otros artistas, decidió fijar su residencia permanente en la capital francesa. En 1900 fue cuando los grandes modistos establecieron su cuartel general en la Rue de la Paix y comenzaron a exhibir a sus maniquíes en los hipódromos. Ignoramos en qué fecha exacta se trasladó definitivamente. Serían momentos difíciles puesto que era un artista joven y, además, extranjero.Tenía que darse a conocer mostrando sus dibujos para recibir algún encargo y demostrar su valía colaborando en alguna revista artística. Para vencer esas dificultades, Cardona inició una actividad apasionada realizando dibujos del natural en los que plasmó escenas de la vida cotidiana parisina y de sus personajes, la mayoría de las veces con bellas mujeres como protagonistas. Cardona se trasladaría a vivir en el 17 de la Rue Joseph de Maistre, en el distrito 18 de París, frente al Cementerio de Montmartre. Era una casa muy modesta, de una sola planta, que hoy todavía se conserva en pie, entre edificios grandes de varias plantas. A lo largo de las décadas se sucedieron diferentes tipos de negocio en aquel lugar.

PRIMERAS COLABORACIONES EN LAS REVISTAS LE RIRE ÁLBUM SALÓN

A finales de junio de 1901 tuvo lugar la primera exposición de Joan Cardona en la Sala Parés de Barcelona. Serían los primeros dibujos realizados de escenas cotidianas en París, fruto de su estancia el año anterior. Según Joan A. Maragall le acusaron de imitar a Ramon Casas. Todas las obras eran modelos, muy bien ataviadas y vestidas «en el más airoso movimiento». Según Opisso, Cardona vendió varias obras por valor de 10.000 pesetas, «¡Bueno, la que se armó entre el cotarro [de Els 4 Gats]!» comentó.

El 10 de octubre de 1901, en Le Rire apareció la referencia del primer libro ilustrado de Joan Cardona en París: Pépa procureuse espagnole. Journal authentique d’un célibataire. Félix Juven, el editor de Le Rire, se encargó de la edición de este pequeño libro de 300 páginas. Pépa procureuse espagnole. Journal authentique d’un célibataire iba ilustrado con 37 dibujos que acompañaban el relato de un autor anónimo. Como ya anticipaba el título del libro, las ilustraciones tenían como tema principal a las aventuras y romances amorosos de su protagonista. Se trata de una obra que, en su conjunto, hace honor a aquellas «españoladas», tan típicamente de moda en el París finisecular. El libro, de autor anónimo, relata una «cálida aventura». La crítica comentó:

Portada del libro Pépa procureuse espagnole, diseñada por el dibujante y cartelista Georges Meunier, quien era colaborador habitual de la revista humorística Le Rire -en la que también colaboró Cardona- y de otras publicaciones de Félix Juven, el editor de esta colección de libros. Las ilustraciones interiores, a color y en blanco y negro, eran de Joan Cardona.
Portada del libro Pépa procureuse espagnole, diseñada por el dibujante y cartelista Georges Meunier, quien era colaborador habitual de la revista humorística Le Rire -en la que también colaboró Cardona- y de otras publicaciones de Félix Juven, el editor de esta colección de libros. Las ilustraciones interiores, a color y en blanco y negro, eran de Joan Cardona.

«(…) Y es asombroso observar cómo este hombre conserva las facultades formidables del analista, incluso en la pasión de la tormenta sensual (…). Esta obra, que no debe nada a la imaginación y toma todo su sabor de su brutal sinceridad, está llamada a causar una gran sensación. El autor, más que curioso, se limitó a relatar los hechos como él los había vivido, pormenorizando los detalles de su cálida aventura». El comentario añadía que fue asombroso observar cómo el escritor conservaba «las facultades formidables del analista incluso en la pasión de la tormenta sensual y qué moral maravillosa sabe él deriva incluso de las circunstancias más inmorales».

Y se añadía:

«Esta obra, que no debe nada a la imaginación y toma todo su sabor de su brutal sinceridad, está llamada a ser una sensación profunda (…) Numerosas ilustraciones en color y en blanco y negro del señor Cardona de la manera más apropiada (Félix Juven, éditeur, 122, rue Réaumur, Paris, 3,50 fr)».

Asimismo, Cardona creó una abecedario cuyas letras capitulares que estaban adornadas por jóvenes damiselas en actitud erótica. Será también la primera y última vez que Cardona dibujó a mujeres con el pecho descubierto; lo hizo hasta en tres ocasiones dentro de Pépa. A partir de este año y a lo largo de toda su trayectoria Cardona trataría el tema de alcoba o de la mujer en ropa interior en contadas ocasiones. Su producción iría encaminada a dibujar a una mujer glamurosa, cosmopolita y, sobretodo, elegante. En octubre de 1901 volvió a colaborar en la revista L’Esquella de la Torratxa con ilustraciones procedentes de París en las que se podía ver, entre otras composiciones, a una modistilla paseando cerca del Théatre des Nouveautés, a una cocotte dentro del Moulin Rouge y a un pretendiente que perseguía a una bella mujer mientras paseaba escoltada por su madre. La revista barcelonesa Álbum Salón publicó también dos ilustraciones de Cardona, en este caso dos apuntes tomados del natural en sendas ubicaciones parisinas: En un café y Mercado de flores.

La temática de bellas mujeres retratadas en cafés de París o en ambientes de ocio se inició en el año 1898 tras el viaje de Cardona a la capital francesa. Esas imágenes fueron recurrentes en su producción a partir de ese momento.
La temática de bellas mujeres retratadas en cafés de París o en ambientes de ocio se inició en el año 1898 tras el viaje de Cardona a la capital francesa. Esas imágenes fueron recurrentes en su producción a partir de ese momento.
Durante los primeros años de residencia en París, Cardona localizaba y, en ocasiones, fechaba sus dibujos tal como aquí puede apreciarse.
Durante los primeros años de residencia en París, Cardona localizaba y, en ocasiones, fechaba sus dibujos tal como aquí puede apreciarse.

Gracias a Félix Juven, editor de la revista humorística Le Rire, en el número 368 —correspondiente al 23 de noviembre de 1901—, aparecía la primera colaboración de Cardona en el citado semanario. Cardona debutó por la puerta grande, estrenándose con una portada. La composición era de las que más de moda estaban en París: una «españolada», una visión colorista de las costumbres andaluzas y madrileñas. Este tipo de escenas «reproducían episodios propios de esta peculiar y romántica visión de la cultura popular española. Esta moda vino provocada por diversos factores que nos remiten nuevamente al período romántico, donde la devoción por la figura de Goya reaparecía con gran fuerza en el panorama internacional». El siglo x1x vino marcado por la preeminencia cultural francesa y ante esta situación España dependía ideológica y técnicamente de París. Francia se convirtió en el símbolo de la cultura occidental y del cosmopolitismo. Fue precisamente en Francia donde se afianzó la imagen de la «españolada» y de España como nación exótica dentro de Europa, una imagen que también se extendió en Inglaterra a través de las crónicas de los viajeros:

«Los primeros viajeros románticos que, alejados de las rutas más académicas del Grand Tour, recorrían España eran de origen inglés. Ellos fabricaron una imagen mítica de lo andaluz, antonomasia de lo español, atraídos por lo exótico, lo pintoresco y sublime de la cultura, así como por los monumentos de raigambre musulmana y, por extensión, oriental. Desde entonces España se percibió como un país diferente, atrasado, primitivo, que contrastaba con el mundo civilizado y racional de la exitosa industrialización inglesa».

La «españolada» de Le Rire presentaba a una manola vestida con pañuelo estampado y cubierta con mantón de Manila, junto a ella un mozo con sombrero cordobés; ambos se encontraban en la celebración de una verbena. Al fondo de la composición se veían los farolillos de colores y las siluetas de una abigarrada muchedumbre. La imagen de las chulas y manolas también la empezó a utilizar Ramon Casas Carbó (Barcelona, 1866-1933) en su producción artística a partir de 1896. El pintor y cartelista catalán —influenciado por su maestro Carolus-Duran— sentía admiración por Velázquez y los temas españoles y castizos, aunque en su obra optó por la simplicidad en la utilización de formas y colores.

 

Gabriel Pinós Guirao


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